Los tiempos han cambiado. Atrás quedaron los años en los que apenas tenías que salir a vender la mesita, el tresillo o el sinfonier porque directamente te lo compraban. Daba igual si te manejabas con cuatro colores de muebles, cuatro estampados de telas o un catálogo con cuatro fotos. Cuatro de lo que fuera era suficiente para vender.
Luego estaba la figura del representante: la extensión de la empresa en cada provincia. Porque antes las empresas clasificaban sus ventas por provincias y el representante era la imagen y la voz de la marca, con una oratoria y capacidad de persuasión que se adaptaba al contexto en general y a la idiosincrasia del cliente en particular.
Tampoco queda tan lejos todo aquello, pero es que el tiempo pasa muy rápido. Antes el mercado te compraba lo que fabricabas y ahora tienes que fabricar lo que el mercado te pide. Porque ahora sabemos lo que queremos. Sabemos lo que nos gusta y lo que ni con un palo.
En el mundo del mueble actual ha cambiado el guion, ha cambiado el escenario y han cambiado los actores; el sector se ha profesionalizado. Ahora hablamos de tendencias, de soluciones y de interiores. La palabra arquitectura ya no solo la asociamos a la construcción de casas y edificios, la palabra arquitectura también la empleamos como solución a la hora de construir un hogar. La arquitectura de interiores se ha convertido en uno de los actores del sector del mueble actual. Estudios como Lemobba architecs & designers, cuya filosofía es la de crear ambientes a través de diseños personalizados y exclusivos para cada cliente, interpretan las necesidades y gustos del cliente en función de la adaptación del fabricante a la nueva situación de mercado.
Y para nosotros, una de las premisas fundamentales es la adaptación.
Fuente: Web Ecus Sleep.